martes, 8 de noviembre de 2016

DAVID LÓPEZ GARCÍA










Borrasca

Nieva en mi habitación. Una borrasca
procedente del Norte nebuloso
se ha instalado en mi techo persistente.
(De qué Norte, Señor, tan inhumano
podría dimanar tanto despego?)
Vierte su llanto helado encaneciendo
mi cabeza, mis hombros, el armario,
el libro que no leo y mi zozobra.
Animales del hielo se pasean
ahora por mi alcoba y la cocina.
Pronto lo cubrirá todo la nieve
y aquí no habrá otra cosa que la nada.
Tal vez muera de frío, acaso de hambre.
Pereceré vacío, despoblado
y solo cual mamut allá en Siberia.

Abierto el corazón dejé y ahora
no encuentro la manera de cerrarlo.



Imagen: Caspar David Friedrich, Das Eismeer, 1823-1824.

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