lunes, 10 de octubre de 2016

MARIN SORESCU










Séneca

A la caída del sol, me dijeron,
debo cortarme las venas,
ahora es solo el mediodía,
tengo todavía unas buenas horas de vida.

Qué hacer, ¿escribirle otra vez a Lúculus?
Ya no tengo ganas.
¿Ir al circo?
Ya no necesito ni circo ni pan.
¿Prever el destino de la filosofía?

Ha pasado una hora más,
quedan todavía cuatro,
el agua borbotea en la bañera,
bostezo y miro por la ventana,
miro hacia el sol que ya no se pone
y me aburro horriblemente.


Traducción de Omar Lara.


Imagen: Manuel Domínguez Sánchez, El suicidio de Séneca, 1871.




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