lunes, 10 de agosto de 2015

DOROTHY HUNTER










Una historia real

Este es el cuento
de un hombre que contempla un lago.
Su superficie es tersa:
se ha detenido el aire.
Los árboles están inmóviles.
Los pájaros se fueron, es decir,
estamos en otoño.
Estamos en otoño y hay silencio.
A mano izquierda, en la colina,
hay una casa roja. Puede
que sea la del hombre que contempla
el lago. Puede ser también
que el hombre haya venido de lejos, de más allá
de las colinas. Puede ser que viviera allí de niño
y haya vuelto al lugar donde transcurrió su infancia.
Puede ser que en su viaje
simplemente hallase el lago. Puede ser
que sea este el primer lago que ve en su vida
o que haya visto otros muchos…
Mas el caso es que un hombre lo contempla.
Ya hemos dicho que reina el más absoluto silencio.
Piensa en voz alta o dice lo que piensa
(es por lo que sabemos lo del silencio,
porque escuchamos sus palabras).
Un hombre mira el lago y dice:
“Ya está. Es un buen final para la historia”.
Vuelve el silencio.
El hombre se estremece y luego
regresa a su automóvil
y se marcha sin mirar atrás.
El viento se despierta y riza
el impasible rostro del lago.


Traducción: Alejandra Burguillos Rasero.

Imagen: Daniel Garber, The Quarry, 1917.




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