Un
ciprés que lo abrasó un rayo
Es verdad; yo te vi, ciprés
frondoso,
estrechar de los vientos la
campaña;
yo vi ser la soberbia que te
engaña
aguja verde en Menfis
oloroso.
Creíste que por grande y
poderoso
no te alcanzase de un dolor
la saña;
rodear sabe el mal; por
senda extraña
vino el castigo en traje
luminoso.
Rigor tu vanidad llama a
esta furia.
Si no son los castigos
impiedades,
no se quejen tus culpas tan
a gritos.
Nunca lo que es razón ha
sido injuria,
ni por más que atormenten
sus verdades
han de saber quejarse los
delitos.
Imagen: Maxfield Parrish,The Reservoir at Villa Falconieri, Frascati,
1903.
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