Mi
árbol preferido
He resuelto plantar un árbol
en medio de mi alcoba.
Podré tener así sombra en
verano
y en el invierno abrigo del
frío y de la lluvia.
No ha sido fácil, lo
confieso, he tenido
que cambiar de lugar la cama
y retirar algunos muebles.
Mas lo peor ha sido labrar
el suelo
y regarlo después con el
sudor de mi frente,
un buen chorro de sangre del
costado
y muchísimas lágrimas
amargas.
He abierto la ventana a
pesar del frío
para que pueda respirar
tranquilamente,
y tengo la promesa firme de
un jilguero
de que en abril anidará en
su copa.
Desde la cama, a través de
la espesura,
podré mirar el techo… Tendré
que pintarle
catorce o quince nubes
(siete de ellas vírgenes
y otras siete preñadas).
La verdad sea dicha, ha
quedado precioso,
y por eso he querido
escribir este poema.
Traducción de Daniel Ortega.
Imagen: Jacek Yerka, Holiday Room 2, 2003.
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