lunes, 25 de mayo de 2015

DAVID LÓPEZ SANDOVAL










Johann Emanuel Bremer ha cruzado.
Los álamos custodian la cancela
y el horizonte hienden los contornos
de una ciudad que es símbolo de Cristo.
La inmensidad imagen y promesa
es de auténtica vida, el huerto en cambio
delimita la muerte cotidiana.
No es titánico reto conseguir
pureza en la mirada; con mirar
basta –pocos lo saben hasta ahora-,
pues el espectador y no la anécdota
refleja el arte siempre que es honesto.
La muerte y la esperanza mira Friedrich
y en la Naturaleza se sublima
la quimera de todo hombre. Paisaje,
obra, verdad, belleza son apenas
unas cuantas ficciones de sí mismo.


Caspar David Friedrich, In memoriam Johann Emanuel Bremer, 1817.



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