lunes, 25 de abril de 2016

WILLIAM WORDSWORTH










¡Puro elemento de las aguas! Donde
abandonas tu albergue subterráneo,
la verde hierba y las brillantes flores
cobran vida y animan tu cortejo.
En la estación del año soleada,
raudos insectos brillan,  persiguiéndote.
Mas si tu gracia falta, gime el bosque,
y ciervo y cierva y cazador, exhaustos,
a un tiempo caen. Tu benigno influjo
obra también en el turbado espíritu,
y quizás en el centro de la tierra,
en la entraña de mármol donde lloran
torturados espíritus la gracia
y la bondad perdidas, tus murmullos
apaciguan su angustia, y tus canciones
con las suyas tan dulces se confunden.



Traducción de Ramón de Sangenís.

Imagen: Franz Xaver Hoch, Arroyo de motaña en la nieve. 1912.

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