martes, 19 de mayo de 2015

STUART LOUGHTY










La torre

Una torre sólo es una torre
mientras no se derrumbe porque entonces
se troca en una ruina
que sirve para hablar del tiempo ido,
ese que fue mejor, según creemos:
las glorias del pasado,
la juventud perdida…
¿Somos nosotros torres
que el tiempo desmorona,
que el rayo cruel derriba?
¿En cuántas ocasiones, torre mía,
te has derrumbado? ¿Cuántas noches,
tendida en las tinieblas, tus piedras esparcidas
por el suelo pasaste sin albañil
que volviera a erigirte?
Ya no puedes alzarte;
reptas, combates, llamas al artífice
primero, el que te edificó altivo contra el viento,
los cimientos de arena, artilugio de cartón,
atrezo de teatro.

Detente, caminante; busca mi nombre
entre las piedras llenas de polvo.
Di quién fui, lo que soy ahora
y duélete por ti, porque la centella,
la bala de cañón, el abandono o el olvido
te obligarán también a caer sobre la tierra,
a ser polvo otra vez como antes fuimos…


Traducción de Valeriano Pastore.

Imagen: Thomas Cole, Romantic Landscape with Ruined Tower, 1832-36.




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