Prometeo
se queja
Me he quedado sin fuego,
por lo tanto, sin luz y sin
comida.
Pensé: tendré que hacerme un
bocadillo,
mas no tenía pan, ni
siquiera una lechuga.
No se puede vivir sin fuego
y sin lechuga
y sin pan todavía menos.
Fuera llueve. Las tiendas
están cerradas.
Es domingo. Los gatos
descansan,
y lo perros también, pero
ellos
no necesitan fuego porque
pueden vivir sin luz y sin
lechuga.
Tendré que despedirme
hasta que el fuego vuelva
allá por marzo o abril.
Quizá por mayo venga y se
quede.
Ahora escribiré una carta
quejándome de todo,
pero a oscuras no encuentro
las palabras.
Traducción de Alberto Russo.
Imagen: José Ribera,
Prometeo, hacia 1630.
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