A
las ruinas de un pensamiento
Después de ser Numancia
destruida
no volvió más a su primer
estado,
ni la infelice Troya se ha
poblado
después que fue en cenizas
convertida.
No quedó de Cartago la
temida
fuerza que a todo el mundo
ha sujetado,
ni al valor de Sagunto
derribado
su grandeza le fue
restituida.
Ninguna de estas fue
reedificada,
porque tan grave mal fuese
el postrero
de quien pudiese ser
atormentada:
Mas esta Babilonia donde
muero,
después de ser mil veces
derribada
otras tantas ha vuelto al
ser primero.
Imagen: Giovanni Paolo
Panini, Capriccio di rovine classiche, 1730.
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