martes, 18 de agosto de 2015

DAVID LÓPEZ GARCÍA










Babel

Desde hoy no llamaremos a las cosas
por su nombre: diré al vencejo anhelo,
al bosque llamaré la consecuencia
y al cigarrillo sopa de guisantes.
Mi mano puede ser un sicomoro,
el sol le cul, ventana será window,
el sillón un acorde de guitarra
y el amor una pálida lechuga.
El viento entre los árboles el vientre,
una pipa el perfume de las rosas,
la cama un folio en blanco donde escribo
(escribir es lavarse la camisa)
cartas de navegar por el infierno.
Pero infierno es triscar por la pradera
y pradera un camión destartalado
y camión es la sangre de la núbil…

De este modo sabremos que pecamos
y podremos dejar atrás la torre.


Imagen: Pieter Brueguel, La Torre de Babel (detalle), 1563.



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