Babel
Desde hoy no llamaremos a
las cosas
por su nombre: diré al
vencejo anhelo,
al bosque llamaré la
consecuencia
y al cigarrillo sopa de
guisantes.
Mi mano puede ser un
sicomoro,
el sol le cul, ventana será
window,
el sillón un acorde de
guitarra
y el amor una pálida
lechuga.
El viento entre los árboles
el vientre,
una pipa el perfume de las
rosas,
la cama un folio en blanco
donde escribo
(escribir es lavarse la
camisa)
cartas de navegar por el
infierno.
Pero infierno es triscar por
la pradera
y pradera un camión
destartalado
y camión es la sangre de la
núbil…
De este modo sabremos que
pecamos
y podremos dejar atrás la
torre.
Imagen: Pieter Brueguel, La
Torre de Babel (detalle), 1563.
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