El
árbol del ahorcado
Cuando se ahorcó mi tío
en el árbol, en el único
árbol
que había en la llanura
(recuerdo todavía
su sombra maternal en la
canícula,
el harpado babel de su
enramada,
las nubes enredadas en su
copa),
mi abuelo lo cortó. Luego
hizo una hoguera y no se
apartó de ella
hasta que las cenizas se
enfriaron.
El suicida dejó una nota
dirigida a su hermano, mi
padre:
No
dejes que se hiele el corazón.
Traducción de Estanislao
Górriz.
Imagen: Leonardo Alenza,
Sátira del suicidio romántico (detalle),
hacia 1837.
No hay comentarios:
Publicar un comentario