La
persistencia
Cuando uno escribe suele
hacerlo
sobre uno mismo: esto me
pasa,
siento lo otro, tal vez
mañana,
nadie me quiere, bebo
cicuta,
no tengo sueño, todo es
mentira…
En lo más hondo nos creemos
que algo puede quedar de
nosotros
hasta el final del fin de
los siglos.
¿Dónde? ¿En una hoja de
papel
que los años devoran, que
los insectos
devoran? ¿En el aire que los
demás respiran?
Construimos casas de papel,
casas de espuma, casas de
polvo,
una sobre otra casas en el
viento
con cimientos de lodo y esperanza.
Las únicas palabras que nos
sobreviven
son las que no decimos
nunca,
son las que no aprendimos,
las palabras
que solo Dios pronuncia
cuando está solo.
Pero nunca está solo porque
siempre hay alrededor alguno
adulándolo, dándole la lata,
pidiéndole, negándolo,
exigiéndole,
tocándole las pelotas.
Traducción de José Cohen
Domingo.
Imagen: William Blake, God answers Job, hacia 1804, ilustración para The Book of Job, publicado en 1826.
No hay comentarios:
Publicar un comentario