Salmo
XVI
Ven ya, miedo de fuertes y
de sabios:
irá la Alma indignada con
gemido
debajo de las sombras, y el
olvido
beberán por demás mis secos
labios.
Por tal manera Curios,
Decios, Fabios
fueron; por tal ha de ir
cuanto ha nacido.
Si quieres ser a alguno bien
venido,
trae con mi vida fin a mis
agravios.
Esta lágrima ardiente, con
que miro
el negro cerco que rodea a
mis ojos,
naturaleza es, no
sentimiento.
Con el aire primero este
suspiro
empecé, y hoy le acaban mis
enojos,
porque me deba todo al
monumento.
Imagen: David López García,
Vanitas VII, 2005.
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