sábado, 22 de agosto de 2015

KURT BROOKS










Una fotografía olvidada en un viejo libro

Este niño podría ser yo. O mi padre
o mi hermano o un perfecto desconocido.
Un niño con los ojos abiertos sin nada que ver,
asomado a un futuro como este
futuro en el que el viento
sopla a través de una ventana
llevándose los muebles del presente.
El que pierde las alas no puede
volar hacia el pasado en este viento
(ni hacia el ahora) sobre
las copas de los árboles, las casas
o los montes helados;
sobre los pensamientos
que se evaporan cada día.
Tampoco sobre el mar donde se guardan
los posos del recuerdo que sirven de alimento
a los peces minúsculos que brillan
en esas noches estrelladas de los veranos
en el preciso instante en que nada se mueve
y las calles están vacías.
Cuando muevo la foto el niño cierra
los ojos y camina por un lugar impreciso
entre el día y la noche,
entre la oscuridad y la llama.


Traducción de José Cohen Domingo.

Imagen: Fitz Henry Lane, Fishing Party, 1850.



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