Una
fotografía olvidada en un viejo libro
Este niño podría ser yo. O
mi padre
o mi hermano o un perfecto
desconocido.
Un niño con los ojos
abiertos sin nada que ver,
asomado a un futuro como
este
futuro en el que el viento
sopla a través de una
ventana
llevándose los muebles del
presente.
El que pierde las alas no
puede
volar hacia el pasado en
este viento
(ni hacia el ahora) sobre
las copas de los árboles,
las casas
o los montes helados;
sobre los pensamientos
que se evaporan cada día.
Tampoco sobre el mar donde
se guardan
los posos del recuerdo que
sirven de alimento
a los peces minúsculos que
brillan
en esas noches estrelladas
de los veranos
en el preciso instante en
que nada se mueve
y las calles están vacías.
Cuando muevo la foto el niño
cierra
los ojos y camina por un
lugar impreciso
entre el día y la noche,
entre la oscuridad y la
llama.
Traducción de José Cohen
Domingo.
Imagen: Fitz Henry Lane, Fishing Party, 1850.
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