martes, 25 de agosto de 2015

DANUT DALCA










Poesías dedicadas

Si alguna vez me lees coge unas tijeras
y recorta cualquiera de mis poesías.
En la puerta del frigo quedará genial
si el imán es bonito (por ejemplo,
una torre famosa, la de Pisa o el Big Ben).
También puedes llevártelo a la iglesia
y allí leerlo mientras creen que estás rezando,
pero procura que la risa no asome a tus labios
cuando encuentres algún disparate;
aunque puedes llorar, así pensarán todos
que te arrepientes de tu vida pasada y presente
y te bendecirán satisfechos.
Y puedes, en el súper, hacer como
que consultas la lista de la compra.
Si te lo llevas al mar, cuando te bañes,
puedes leérselo a los peces,
a las estrellas si es de noche,
a la gente que aguarda el autobús
o a tus padres el día que los veas.
En fin, puedes hacer lo que te dé la gana.
No se te olvide alguna vez leerlo en voz alta;
sabré así que me escuchas
mientras hablo contigo.


Traducción de Daniel Ortega.

Imagen: Kuroda Seiki, Mujer leyendo, hacia 1890.


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