Heme otra vez aquí
enfrentado a la noche.
Duermen los corazones y los
pájaros.
La casa está tranquila y
silenciosa.
El río sigue su camino
murmurando plegarias y consejas.
No reza el agua, el agua es
una oración
que nace de la tierra. El
cielo
dibuja las palabras y el río
las pronuncia.
Es ahora de noche y la noche
anda con paso lento, sin
ninguna prisa
igual que yo camino por su
vientre
mientras duermes e ignoras
la canción del agua,
mientras olvidas que morimos
un poco cada noche, mientras ignoras
que ruedan las estrellas
para que vivas
y para que vivas el río
reza.
Ahora, mientras duermes,
escribo
lo que se olvida y el río
repite cada noche:
Así
en la tierra como en el cielo.
Traducción de Casimiro Ropero.
Imagen: Arkhip Kuindzhi,
Claro de luna. Meditación.
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