lunes, 17 de agosto de 2015

DOROTHY HUNTER










El presente del pasado

Reviso los papeles una y otra vez,
viejas hojas, cuartillas
donde anoto palabras, versos sin sentido
cuando vienen a mí de no sé dónde
por si pudiera aprovecharlas en el presente,
como ahora que estoy seca y que requiero
una centella, solo un fósforo
que provoque el incendio que consume,
que llene este feroz vacío interminable
que tanto me acongoja para
que mis versos se escriban en las rocas
con letras de luz entre la noche,
con palabras de sombra sobre el cielo
invocando a la lluvia por la tarde.
Y leo (la cuartilla está pálida y enferma):
Alguna vez tendré setenta años
y estaré ante el umbral según se dice.
Llama a mi puerta un viento frío…
¿Qué quería decir, qué pretendía?
¿Tal vez manifestar temor ante la muerte?
¿Deseo de que entonces me encontrase?
¿Pergeñar la mentira de una historia?
Tengo ahora setenta  y tres años; 
ante mí no hay umbral ni puerta alguna,
solo este viejo cuarto como siempre
y en él este escritorio donde siempre
y un montón de cuartillas esparcidas
donde suelo anotar esas palabras
que llegan hasta mí de no sé dónde
de vez en cuando.


Traducción de Alejandra Burguillos Rasero.

Imagen: Gabriel von Max, La mujer de blanco, 1900.



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