Ahora que la luna levanta su
rostro
pálido sobre el monte,
puedo ver todavía las
huellas
de tu partida sobre la
nieve.
Hace ya tres años que te
fuiste
y la primavera se retrasa.
Sentada ante la ventana
aguardo,
siempre en vela, tu regreso.
¿Cuándo volverás?
Desde entonces en mi casa
solo el silencio reina, solo
el invierno.
Ni siquiera mis lágrimas
pueden derretir la nieve.
Traducción de Ovidio Fierro.
Imagen: Caspar David Friedrich, Winter, 1807.
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