lunes, 6 de abril de 2015

LOUIS LARRIBET










Sin título

Saltando de tu pecho hasta mi pecho,
el corazón resbaló y cayó al abismo.
Hay dos cuerpos tendidos en la tierra
rozando levemente sus costados
y lejos sin embargo, tan distantes
como Australia de aquí, miles de kilómetros:
un vacío repleto de tinieblas.
A lo lejos un perro ladra
y el ahogado flota a la deriva.

Deja que se derrame la lluvia,
que la vida transcurra como siempre
(dos ojos en la noche el automóvil,
el gusano en la fruta y las aves
acechando el trigal que las sostiene)
y escribe en la frente de dos muertos
que respiran insomnes en la noche
una oración con letras de bronce:
Puesto que nada son nada se diga.


Traducción de Santiago Gómez.

Imagen: Rogelio de Egusquiza, Tristan und Isolde. La muerte de amor, 1910.


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