miércoles, 29 de abril de 2015

SALVATORE RACCIATTI










No es hora de escribir este poema

El gallo se ha dormido.
El día se despoja de sus gafas,
los ojos se le entornan y suspira.
Se difumina el monte más allá
del final de la calle.
Un monte es un camino
para alcanzar el cielo
y la tarde es igual que una casa
que cierra precavida la puerta
temiendo a los ladrones.
No es hora de escribir este poema.
Es hora de dejar que tus abrazos
se anuden a mi cuello y me sonrías.
Y que sea después lo que Dios quiera.



Traducción de Alberto Russo.

Imagen: Pablo Picasso, Azoteas de Barcelona, 1896.



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