Ansia que ardiente crece,
vertiginoso vuelo
tras de algo que nos llama
con murmurar incierto,
sorpresas celestiales,
dichas que nos asombran;
así cuando buscamos lo
escondido,
así comienzan del amor las
horas.
Inaplacable angustia,
hondo dolor del alma,
recuerdo que no muere,
deseo que no acaba,
vigilia de la noche,
torpe sueño del día
es lo que queda del placer
gustado,
es el fruto podrido de la
vida.
Imagen: David Alfaro
Siqueiros, Angustia.
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