Plenitud
Bien sé que debería
complacerme
este cielo, esta luz que ya
declina,
cuando la tierra y todo
cuanto abarca
la mirada parece
desprenderse
de uno mismo y adquiere la
armonía
de un músculo en reposo.
Bien sé ahora
que, de haber padecido esta
secreta
resurrección frecuentemente,
el alma
conservaría aún aquella
audacia
que olvidaron los años,
prendería
nueva llama en el mundo y en
las cosas.
Pero de nada sirven los
instantes
de plenitud si a ella la
belleza
en pretensión frustrada ha
convertido
que se vacía y deja ver su
fondo
equívoco, terrible,
auténtico, único.
Imagen: Andrew Wyeth, Afternoon flight, 1976.
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