Cenizas
No me hables del verdor de
la espesura
que había en el jardín de tu
morada.
No me hables del aroma de
las lilas,
de la luz que doraba el
horizonte.
No quiero que me cuentes que
tu lengua
recogía las gotas de rocío
que derrama la aurora tras
su paso…
No me hables de recuerdos
inventados.
Háblame de los mares que
surcaste,
de huracanes, tinieblas y
extravíos,
de aquellos que encontraste
en la vereda,
de la sangre vertida entre
las rosas,
del lecho que dormías en invierno,
del cielo que se cierra
cuando llamas…
Pues ahora que habitas en mi
pecho
necesito encontrar en tus
cenizas
la brasa que calcine lo que
he sido.
Imagen: Caspar David Friedrich, Gebirgslandschaft mit Regenbogen, 1810.
No hay comentarios:
Publicar un comentario