El
diluvio
Estoy en la cocina entre el
silencio
que la noche regala a los
insomnes.
La tenue luz que llega de la
altura
acaricia el cristal de la
ventana
inventando paisajes en las
sombras.
Me acerco al fregadero y
abro el grifo.
El agua se derrama y deja
apenas
un susurro que evoca el mar
lejano.
La nostalgia dibuja una
tormenta
en el lienzo sutil de los
visillos
y el viento del pasado, tan
aleve,
me lleva entre sus brazos al
recuerdo
del fuego que incinera sin
que abrase
que vivía al amparo de tus
ramas.
Ahora me preguntas: ¿Por qué
lloras?
Anoche tuve un sueño.
La lluvia no cesaba.
Cayó durante un siglo.
Imagen: Hans Baldung Grien,
El diluvio, 1516.
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