jueves, 30 de abril de 2015

RANGNVALD NYBORG










El domingo pasado

Hoy hace una semana justamente
de Dios sabe qué siglo que mi abuelo
miraba ir y venir como unas tontas las gallinas
en un corral ajeno de su aldea,
mientras se reprochaba no tener a mano
una buena escopeta de cartuchos.

Hace una semana
de este siglo pasado que mi padre
descendía del tren que lo dejaba
en la ciudad desconocida
donde luego nací por accidente.

Puedo decir sin miedo a equivocarme
que nunca tuvo suerte mi familia.

Estamos en otoño. Ni una nube
ensucia el firmamento del domingo
y “yo” es una palabra de otra lengua
que nunca encontraré en el diccionario,
pues hace siete días justamente
se fue mi corazón y aún no ha vuelto.
Mas no sé si deseo que regrese.


Traducción de Estanislao Górriz.

Imagen: Alonso Cano, Ego dormio, et cor meum vigilat, 1628-29.


No hay comentarios:

Publicar un comentario