Nunca
estoy sin ti
Recuerda que nuestras
sombras
habitan la misma senda,
que la brisa que tus ramas
mueve también estremece
mi corazón, que la luna
que contemplas cada noche
mis pupilas ilumina;
porque, recuérdalo siempre,
pisamos el mismo cielo.
Nunca estoy sin ti.
Imagen: Laurits Andersen
Ring, En el mes de junio, 1899.
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