Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa
diferente,
tras la puerta escondida:
la costumbre del Sur, cuando
los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor.
Nosotros somos
pájaros que se quedan:
los temblorosos junto al
umbral campesino,
que la migaja buscan,
brindada avaramente, hasta
que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos
empuja las plumas.
Traducción de Mariá Manent.
Imagen: Jan Mankes, Vista
desde el estudio en Eerbeek, 1917.
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