jueves, 7 de enero de 2016

CHRISTINA ROSSETTI











Cuando haya muerto

Cuando haya muerto, amado mío,
no cantes para mí canciones tristes,
no plantes rosas sobre mi cabeza,
ni cipreses de sombra:
que crezca, verde, en torno mío el césped,
húmedo de la lluvia y el rocío,
y si quieres, recuerda
y si quieres, olvida.

No veré ya las sombras,
ni sentiré la lluvia;
jamás escucharé del ruiseñor
el canto dolorido;
y soñando en la luz de aquel crepúsculo
que no crece ni mengua,
podrá ser que recuerde
y podrá ser que olvide.



Trad. Mariá Manent.

Imagen:Adolf Hirémy-Hirschl, Friedhof am Meer, 1897.





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