lunes, 4 de enero de 2016

MERCEDES SANDOVAL REVERTE










Para siempre

Es algo tan pequeño, tan menudo
este rayo de luz, que da lo mismo
estar entre la noche que estar ciega.
Un diminuto sol allí, un lucero
sobre el ángel y Dios en la semilla.
Y tú aquí en mis paredes agrietadas
igual que aquel crepúsculo alumbrado
por peces abisales y luciérnagas,
dulcificando el tiempo y sus latidos,
barriendo los rincones de las sombras,
esparciendo lagunas en el yermo,
enhebrando los gozos de la vida,
estando tú en mí misma para siempre.


Imagen: Arkhip Kuindzhi, Después de la lluvia, 1879.



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