A
un ruiseñor
Canta en la noche, canta en
la mañana,
ruiseñor, en el bosque tus
amores;
canta, que llorará cuando tú
llores
el alba perlas en la flor
temprana.
Teñido el cielo de amaranta
y grana,
la brisa de la tarde entre
las flores
suspirará también a los
rigores
de tu amor triste y tu
esperanza vana.
Y en la noche serena, al
puro rayo
de la callada luna, tus
cantares
los ecos sonarán del bosque
umbrío.
Y vertiendo dulcísimo
desmayo,
cual bálsamo süave en mis
pesares,
endulzará tu acento el labio
mío.
Imagen: Giuseppe Castiglione,
Pájaros.
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