viernes, 15 de enero de 2016

BLANCA SORIA










Incendio

Es domingo y el cielo es de ceniza.
Tal vez haya un incendio en las alturas,
un incendio que todo lo devora:
la ciudad de oro en llamas, derribadas
las torres de brillantes chapiteles,
y Dios sin su palacio y sin sus ángeles
durmiendo a la intemperie como un perro.
¿Qué será de los prados siempre verdes,
de los albos corderos, de las rosas
que pacen mientras cantan alabanzas?
¿Hay dolor en el reino en que el dolor
siempre fue una palabra inexistente?
Alas ardiendo, blancas vestiduras,
coronas de pureza y halos de oro…
todo vuelto ceniza, fría escoria
volcada sobre el techo del domingo.
Ya no habrá jamás más vida eterna.
¿Quién es el que abolió nuestra esperanza?
Se ha cerrado el camino. Hoy queda solo
esta sucia tristeza que nos cubre.



Imagen: Jean Michel Cels,  Cielo de tormenta, 1838.



No hay comentarios:

Publicar un comentario