sábado, 30 de enero de 2016

BLANCA SORIA










El mundo por un agujero


Hice en mí un agujero, en el costado,
para que el corazón mirara el mundo.

Vio la rama florida del almendro
en febrero, las huellas que dejase
el pájaro en la nieve, el día niño,
recién nacido, sus rosados dedos
rozando los baladres de la rambla,
las islas que florecen por la noche.
Vio los montes, la sombra, las canciones
del mar que no descansa, la furiosa
dentellada del rayo en la tormenta,
el galopar del tiempo en sus mejillas,
la mano del sicario y su perfume
de invierno sigiloso que congela,
la raída tristeza del que aguarda,
el humo entre los brazos del amante…

Luego cerró los ojos. “Lo de siempre”,
dijo antes de dormirse en mi regazo.
“Pero las nubes siguen su camino
y a lo mejor mañana llueve.”



Imagen: Filippo Palizzi, Fanciulla sulla roccia a Sorrento, 1871.




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