Tiéneme el agua de los ojos
ciego,
del corazón el fuego me
maltrata,
cualquiera de los dos por si
me mata,
mas nunca al fin de aquesta
muerte llego.
De esta agua alguna parte
mata el fuego,
y el agua parte de este
fuego mata,
lo que el uno deshace y
desbarata
el otro torna y lo renueva
luego.
El uno viene cuando el otro
muere,
y con entrambos vivo y muero
junto.
¡Ay, gran dolor! ¡Ay,
desigual ventura!
Por si cualquiera darme
muerte quiere,
pero impedido el uno y otro
al punto
la vida me renuevan triste y
dura.
Imagen: Pierre Puvis De
Chavannes, Orpheus, 1883.
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