sábado, 6 de junio de 2015

SALVATORE RACCIATTI










Uno y uno no son dos

Uno y uno no son dos, uno y uno
es uno, es decir, yo mismo, ya que
cuando uno habla de uno habla de sí mismo.
Y este uno que habla de uno ha decidido
irse de uno, salir a los caminos
solo para empaparse con la lluvia
y nunca más volver a casa de uno.
Lo que no tengo claro es si este que huye
es el de carne y hueso o es el de aire
y de vana esperanza.


Imagen: Edouard-Henri-Théophile Pingret, Chang y Eng, los gemelos siameses, 1836.


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