La primera vez que vio la
mar
Válate Dios el charco, el que provocas
con verte a helar el alma de las venas,
Adán de tiburones y ballenas
almejas viles y estupendas focas.
Cerúleo sorbedor por tantas bocas
de más naves que vio tu centro arenas,
teatro en quien oyó trágica escenas
sentada la fortuna entre estas rocas.
Tú que enseñaste al Draque, a
Magallanes,
lo más estrecho de tu campo oblico,
a pesar de Sirenas y caimanes.
En España nací con sólo el pico,
cansado estoy de trajinar desvanes,
¿dime por dónde van a Puerto Rico?
Imagen: Ivan Aivazovsky,
Pushkin en la costa del Mar Negro, 1887.
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