Gloria
Fuertes me visita
Hay un dolor colgado del techo de mi
alcoba
Gloria Fuertes
Ayer, cuando dormía, vino
Gloria
y me dijo sonriente, muy
bajito:
“Hay un dolor colgado del techo de tu alcoba”.
Pero no era dolor, era una
brecha,
una puerta y por ella
penetraban
a raudales el frío, hojas
marchitas,
el fulgor de la luna y todo
aquello
que no sirve para nada, por
ejemplo,
un barco entre los hielos,
la derrota
de las huestes, mentiras y
verdades,
la luz del paraíso, la
frontera
del silencio, mañana o nunca
y la resurrección de los
difuntos.
“Hay un dolor colgando del techo de tu alcoba”,
volvió a decirme Gloria
mientras se iba.
Pero no era dolor, era tan
solo
la verdadera historia de mi
historia.
Imagen: Eugene Fredrik Jansson, Ring gymnast, 1911.
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