A
un esqueleto
Tú, tú, eres este mesmo, tú,
si adviertes
a la fraterna unión que te
apercibe;
que si no para sí, para ti
vive,
pues en él te hallarás, si
te diviertes.
Que una, aunque varias, son
todas las suertes,
en el compuesto polvo el
tiempo escribe;
ni ser rey ni plebeyo se
percibe:
menos o más, en eso te
conviertes.
No huyas de temor, que no
das paso
que no te lleve a ser lo que
te espanta
y desprecias el bien de la
memoria.
Humano sol, aquí tienes
ocaso;
docto este bronce el tiempo
te levanta;
monarca, esto es lo cierto
de tu historia.
Imagen: Leonard Bramer, Mors Triumphans, S. XVII.
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