lunes, 31 de octubre de 2016

MIHAI EMINESCU










Amada, cada vez que yo pienso en nosotros,
un océano de hielo aparece ante mí:
sobre la blanca bóveda no hay ya ninguna estrella,
la luna es una mancha amarilla a lo lejos.
Sobre miles de témpanos que las olas se llevan,
un pájaro planea, las alas fatigadas,
mientras su compañera ha seguido adelante,
unida a la bandada que se pierde al poniente.
Hacia donde ella vuela mira desesperado.
Ya no siente ni pena ni alegría. ...Se muere,
soñando en un instante todo el tiempo pasado.


Más lejos uno de otro cada vez nos sentimos,
cada vez me hundo más en la sombra y el hielo,
mientras desapareces en la eterna mañana.




Versión de Rafael Alberti y María Teresa León


Imagen: Claude Monet, Témpanos de hielo en el Sena en Bougival, 1868.

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