Septiembre
Desgastadas las horas de los
sueños,
otra vez vuelve el llanto de
las nubes
a llamar insistente a mi
ventana.
Allí, donde he de estar, en
la penumbra,
me refugio en el canto
dolorido
del ruiseñor perdido entre
las rosas.
Y el ángel me acompaña
cuando escucho
todo cuanto hay que oír y
cuando miro
aquello que el olvido me
arrebata.
Redoblan las campanas
mientras tanto
en la blanca espadaña de mi
pecho.
Imagen: Juan Llimona, Muchacha leyendo, 1905.
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