XV
Cendal flotante de leve
bruma,
rizada cinta de blanca
espuma,
rumor sonoro
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz,
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que
cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces
como la llama, como el
sonido,
como la niebla, como el
gemido
del lago azul.
En mar sin playas onda
sonante,
en el vacío cometa errante,
largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo
mejor,
eso soy yo.
¡Yo, que a tus ojos en mi
agonía
los ojos vuelvo de noche y
día;
yo, que incansable corro
demente
tras una sombra, tras la
hija ardiente
de una visión!
Imagen: August Malmström, Älvalek, 1866.
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