El
ángel negro
El ángel negro el corazón me
toca
con sus alas llamándome del
sueño
en que me finjo con carrera
loca
romper el cielo en grupa a
Clavileño.
Mi pobre frente en la caída
choca
con la verdad de gesto
zahareño
que dura e inmutable como
roca
sólo hiriendo alecciona a
nuestro empeño.
Sumido entonces en mortal
quebranto
tomo con la verdad odio a la
vida,
y cobro de mí mismo un recio
espanto,
pero me miras tú,
compadecida,
y tus ojos me vuelven al
encanto
del dulce ensueño en que
verdad se olvida.
Imagen: Carlos Schwabe, La
muerte del sepulturero, 1895.
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