miércoles, 11 de mayo de 2016

DENISE LEVERTOV










La sala

Con un espejo
podría ver el cielo.

Con dos o tres, bien situados,
podría ver el sol
inclinándose ante las chimeneas de la noche.

La salida de la luna -la luna misma podría aparecer
en un cuarto espejo, alto,
cerca de la ventana abierta.

              Con suficientes espejos adentro
0 incluso afuera de la sala, con una viga
para sostenerlos, las montañas
y los mares podrían manifestarse.

Entiendo perfectamente
que demasiado seguido podría toparme
con mis ojos -tengo en cuenta
el peligro-
                Si los espejos
son bastante grandes, y se disponen
con bravura, puedo mirar
más allá de mi propia mirada.

Con un espejo
¿cuántas estrellas podría ver?

No quiero escaparme, solamente mirar
la celebración de los ritos.




Versión de Sandra Toro.


Imagen: Grigory Soroka, Reflejo en el espejo, hacia 1850.





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