VIII
Cuando miro el azul
horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de
polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con la niebla
dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.
Cuando miro de noche en el
fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar, como
ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a do
brillan
subir en un vuelo
y anegarme en su luz, y con
ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.
En el mar de la duda en que
bogo
ni aun sé lo que creo;
¡sin embargo, estas ansias
me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro!...
Imagen: Frederic Edwin Church, Moses Viewing the Promised Land, 1846.
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