domingo, 7 de febrero de 2016

MERCEDES SANDOVAL REVERTE










Esta tarde

¿Y el alegre alboroto de las aves?
¿De dónde procedía aquel recuerdo?
¿A dónde me conduce la memoria?
Apenas si distingo los azules,
sólo veo los grises de la piedra
que acarician mis dedos.
                                             (Mano fría,
mano ciega sin luz, pequeña mano,
mano niña perdida en bosque oscuro.)
La calle está desierta y el silencio
aventa con su soplo las cenizas
que aún restan de un pobre corazón.

Esta tarde el cantar del petirrojo
se asemeja al reclamo de la pena.

Imagen: Konrad Wilhelm Dielitz, Die alte Mauer, 1910.



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