jueves, 25 de febrero de 2016

JOHN DONNE










Los buenos días

¿Qué hicimos, a fe mía, hasta el momento
de amarnos? ¿Hasta entonces fuimos niños de pecho?
¿Sorbimos, como infantes, placeres campesinos?
¿Roncamos en la cueva de los Siete Durmientes?
Tal fue; mas fantasías fueron esos deleites;
siempre que descubría una hermosura
y yo la deseaba, ya te veía en sueños.

Y ahora, buenos días a nuestros corazones
despiertos, que no osan contemplarse sin miedo;
pues Amor todo amor en las miradas rige
y en una breve estancia sabe encerrarlo todo.
Que los descubridores visiten mundos nuevos;
que mundos sobre mundos a otros muestre el mapa;
queramos solo un mundo: lo tenemos, lo somos.

Mi rostro está en tus ojos y en los míos el tuyo,
y fieles corazones en el rostro descansan;
¿cuándo hallaremos dos mejores hemisferios
sin el Norte glacial ni el decaído ocaso?
Cuanto muere, no estaba mezclado justamente;
si son nuestros amores uno solo, si amamos
sin mengua, no hallaremos ya la muerte.


Traducción de Mariá Manent.

Imagen: Gustave Courbet, Les Amants dans la campagne, sentiments du jeune âge, 1844.



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