A
la sepultura de Marramaquiz, gato famoso, en lengua culta, que es en la que
ellos se entienden
Este, si bien Sarcófago, no
duro
pórfido, aquel cadáver bravo
observa,
por quien demores tímida
caterva,
recóndita cubrió terrestre
muro.
La Parca que ni al joven, ni
al maduro
su destinado límite reserva,
ministrándole pólvora
superba,
mentido rayo disparó seguro.
Lloren tu muerte Henares,
Tajo, Tormes,
que el patrio Manzanares,
que eternizas,
lágrimas nuestras libará
conformes.
Y no le faltarán a tus
cenizas,
pues viven tantos gatos
multiformes
de lenguas largas, y de
manos mizas.
Imagen: Théodore Géricault, Le chat mort, 1820.
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