sábado, 13 de febrero de 2016

DANUT DALCA










Amnesia

Me asomo al borde del papel en donde escribo
y no veo otra cosa que tinieblas.
Todo cuanto recuerdo del recuerdo
son dos palabras: sábado y verano.
En ellas no hay paisajes ni vistas de interiores
con muebles confortables, papel en las paredes
y un florero asomado al deslumbrante
resplandor de la luna a medianoche.
No hay fotos, no hay palabras vertidas a escondidas
en las hojas de un diario minucioso…
¿Qué serán sábado y verano? ¿Quién lo sabe?
Nubes no –pues las nubes son solamente nubes- 
ni flores de un manzano ni la lluvia.
Pienso a veces que sábado y verano
son dos perros que tuve siendo un párvulo,
tal vez dos jubilados que rebuscan
en el tiempo recuerdos de otro tiempo;
dos historias felices o infelices
o dos viejas ciudades de la Atlántida
ocultas bajo el fango del ponto tenebroso.
¿Son sábado y verano dos amigos
que se encuentran después de muchos años?
¿Montañas que se esconden en su altura?
¿Son islas donde arenas de oro pálido
aguardan impacientes al que vuelve?
A veces cojo el tren y allí me marcho
con la esperanza de encontrar la puerta abierta.



Traducción de Daniel Ortega.

Imagen: Peder Severin Kroyer, Tarde de verano en la playa, 1893.


No hay comentarios:

Publicar un comentario