Ovidio
en Tomis
Mientras gotea el tiempo y
el silencio
mira cómo la nieve disimula
las mezquinas miserias de
los vivos,
los tristes excrementos de
las horas.
La nostalgia bebida en vaso
frío,
carámbanos de hielo que se
clavan
allí donde más duele, en la
memoria,
es ahora su casa y su
cadena.
Fuera de la ventana está lo
ignoto,
todo aquello que nunca se
comprende.
Ni siquiera en el cielo
cuando llega
la noche las estrellas son
las suyas.
Y aquí dentro minúsculos
objetos
le hablan de lo que fuera en
el pasado,
de la savia que nunca se
recobra,
pero ignoran la senda del
futuro.
La sangre sobre el cielo de
la tarde,
un árbol solitario entre la
noche,
páramos donde mueren las
semillas,
constituyen su patria
dolorosa.
Imagen: Ludvig Munthe,
Skoginteriør, 1870.
No hay comentarios:
Publicar un comentario