lunes, 8 de febrero de 2016

DAVID LÓPEZ GARCÍA










Ovidio en Tomis

Mientras gotea el tiempo y el silencio
mira cómo la nieve disimula
las mezquinas miserias de los vivos,
los tristes excrementos de las horas.

La nostalgia bebida en vaso frío,
carámbanos de hielo que se clavan
allí donde más duele, en la memoria,
es ahora su casa y su cadena.

Fuera de la ventana está lo ignoto,
todo aquello que nunca se comprende.
Ni siquiera en el cielo cuando llega
la noche las estrellas son las suyas.

Y aquí dentro minúsculos objetos
le hablan de lo que fuera en el pasado,
de la savia que nunca se recobra,
pero ignoran la senda del futuro.

La sangre sobre el cielo de la tarde,
un árbol solitario entre la noche,
páramos donde mueren las semillas,
constituyen su patria dolorosa.



Imagen: Ludvig Munthe, Skoginteriør, 1870.





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