Del rumor cadencioso de la
onda
y el viento que muge;
del incierto reflejo que
alumbra
la selva o la nube;
del piar de alguna ave de
paso;
del agreste ignorado perfume
que el céfiro roba
al valle o a la cumbre,
mundos hay donde encuentran
asilo
las almas que al peso
del mundo sucumben.
Imagen: John Martin, The Celestial
City and the River of Bliss, 1841.
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